1 de enero de 2012

Atrapada

Pues ya es 2012. El año más fatídico en la historia moderna después del 2000. Hasta ya tembló en Japón. Seguro que este año muchas personas se tirarán de edificios, harán sectas satánicas, y habrán suicidios masivos. Por cierto, si alguien está pensando en donar "todo lo que tiene" no lo de a la caridad. Pídame mi número de cuenta.

No me sentía con ganas de escribir, o más bien sí, pero me sentía algo atrapada. A veces el tener un blog se vuelve lo más trivial del mundo, no tengo la cifra exacta, pero me comentan que el número de blogs que existen actualmente es un chingo. Es por eso que si todo mundo está hablando sobre algún tema, algunas veces siento que lo mejor que puedo hacer es callar. Lo que tenga que decir se hundirá en una vorágine de opiniones que pasada la moda, viene a ser una nada.

Cada que mando escritos a una revista de esas padrísimas porque son "independientes", me doy cuenta que en las letras también se vive una onda parecida a la del cine: si no vienes del CCC o del CUEC, usas lentes hipsters, te vistes como indígena (sin ofender, tan solo por moda), y no tienes una película donde haya o extrema violencia o demasiado sexo, combinado con un viaje que ni con valium y lsd juntos conseguirías, no vales nada.

Y por eso a veces me siento atrapada, aunque siempre he opinado que si tienes algo que decirle al mundo, es mejor venir a tu blog, el que casi nadie lee, y escupirlo.

Tal vez de eso se trate 2012, de finalmente decir lo que quieras decir, sin importar lo que eso implique.

Por cierto, tengo una idea para una novela, pero nomás no me salgo de las mismas pendejaditas.

Feliz veintedoce.