26 de julio de 2010

El vampiro

Ella tomó el libro tétrico entre su manos. Con miedo lo escondió debajo de su enorme vestido. Al llegar a su casa, lo escondió debajo del libro sagrado, para que el otro siendo opaco y fúnebre pasara desapercibido.

Cuando las manecillas marcaban cerca de las doce de la noche, la muchacha tomó una lámpara y enciendiéndola con un fósforo, caminó el angosto pasillo hasta la biblioteca. Levantó el libro sagrado, y ahí estaba. Lo que siempre había anhelado leer, historias sobre seres helados que viven succionando sangre humana. Se le erizó la piel de pensar que alguien podría hacerle eso. Varios libros se cayeron. Al voltear no había nadie.

Después de terminar de leer una historia del misterioso libro, pudo sentir que una mano fría, rígida, y sólida, acariciaba su cuello. Se entregó a esa sensación culpable que no dejaba de ser placentera. Una lengua helada recorría su cuello mientras ella gemía casi en silencio. Unos colmillos se clavaron profundamente en su ser. De pronto no tuvo más fuerzas y se dejó ir. La lámpara cayó al suelo rompiéndose en pedazos y todo quedó en oscuridad.

14 de julio de 2010

Reencuentro

No pensé que perduraras en mi recuerdo después de todos estos años. En algunos sueños te sentí y en otros he vuelto a desear que te alejes de mí para siempre. Nunca te olvidé del todo y por eso, siento que cada que te es posible te apareces en mi sueños. Recuerdo la tarde gris en la que nos dijimos adiós. Yo llorando y tu tomando el volante del vehículo azul que jamás volví a ver.

Hoy te conocí de nuevo. No pude reconocerte de primera instancia pero supe que eras tú. Me vi en tus ojos y tú en los míos y fue como volver en el tiempo, aquel único tiempo en el que fuimos felices. Yo no te intereso. Y si te interesara creo que me invitarías a tus prácticas de remo que tanto te gustan y tanto trabajo te cuestan hacer. Te has mejorado con los años y cada vez que te miro reparo en tu cuerpo y me pregunto cómo se sentiría unido al mío. La única razón es la curiosidad pues no podría yo volver a unirme a tí después de lo que me has hecho. No te conozco ahora y no te conocí nunca. Tu apariencia es hermosa y muy codiciable pero apenas llego al corazón de tus sentimientos me doy cuenta de que eres duro y frío.

El anhelo más grande fue crear una familia a tu lado. Todas esas veces que estuvimos juntos me emocionaba de pensar que tal vez algún pequeño venía en camino. Era muy tonta. Ni te imaginas todo lo que he vivido sin ti y lo bien que se siente. Encontré a un hombre mil veces mejor que tú y me llama por nombres cariñosos, si me enfermo no se va hasta que se asegura de que estoy bien y me da toda su atención. No tiene tu cara ni tu cuerpo, pero tiene el mejor corazón que haya conocido jamás y esa razón sobrepasa a todas las demás que alguien podría tener en su contra. Seguro tu sigues sufriendo por tus interminables búsquedas internas y las decisiones incorrectas que has tomado en tu vida. Seguro que derramas algunas lágrimas antes de dormir, pero no por mí. Seguro que tu esculpido pecho abraza a otra en vez de a mí.

Hoy te conocí de nuevo, y no mostraste una pizca de interés en mí. Fui muy amable contigo para encontrarme de nuevo con un témpano. Sentí en tu breve abrazo ese cuerpo esculpido. Sobretodo me vi en tus ojos y creo que tú te viste en los míos. Tus ojos avellana no se posarán en mí jamás.

En todo esto sales ganando. No he dejado de pensar en ti ni un sólo día.